Egor Letov es uno de esos músicos que, a través de su trabajo, expuso la dura realidad e iluminó el movimiento del futuro. Sus canciones viven en nuestros corazones, así como su memoria. Una de sus composiciones más poderosas y famosas es la canción "My Defense". En él, Letov describió el final de la era soviética, el callejón sin salida de todo el universo y el país "que no existe".
La realidad se convirtió en una especie de sustituto, sintéticos baratos. "El último bote", en el que uno podría navegar lejos de esta locura interminable, por desgracia, ya está demasiado lejos. La "última linterna", que ilumina el camino hacia un futuro más brillante, se disolvió en el vacío y la decadencia del ser. Entonces solo oscuridad, suspenso y desilusión.
El héroe lírico de este texto vive solo recuerdos buenos y agradables de un pasado limpio y perdido. Causan lágrimas de nostalgia en él:
Y los nudos de recuerdos huelen la garganta ...
El "Glass Eye Sunny Bunny" es un oxímoron indicativo. Un clima político interno sintético y creado artificialmente es una blasfemia abierta y cruda sobre todo lo familiar y humano.
En la sociedad moderna, todos los elementos vivos, reales y de valor puro, como la contemplación, la creación y el ansia de belleza, se han depreciado. Todo apunta solo a la mecanización completa, la privación de la naturalidad y la individualidad, la despersonalización absoluta y la degradación global:
El mundo plástico ganó.
Alegra la alarma de cartón
¿Quién necesita un trozo de cielo de julio?
Toda esta imagen de la realidad actual es falso absurdo, carente de significado y vida en su verdadera representación. Por eso, incluso con un ojo de cristal, el mundo barato es ciego. En el estribillo, el autor se enfoca en esto, empujando las frentes hacia la ceguera y la capacidad biológica de mirar. Tener un ojo no significa la capacidad de ver. Entonces, la pura visibilidad, la naturaleza ilusoria del mundo no indica que esté vivo. Por el contrario, todo lo que existe ha muerto hace mucho tiempo y es solo un caparazón. Solo "mi defensa" ayuda al héroe lírico a seguir siendo un hombre en la tormenta de esta locura y absurdo, sin perder el honor, el alma y la razón.