(358 palabras) La persona promedio vuelve a sus pensamientos sobre un sueño dos veces en su vida. El primero es en la infancia, cuando los adultos le preguntan a un niño sobre sus planes de vida. Y la segunda, cuando sus hijos le preguntaron al mismo niño de cuarenta años, pero ya madurado: "¿Y con quién soñaste estar en la infancia?" ¿Por qué el hombre dejó de soñar cuando se convirtió en adulto? Creo que las primeras pruebas destruyen sus ilusiones, por lo que deja de creer en sí mismo. Pondremos a prueba mi teoría con ejemplos de la literatura.
En la historia de A.P. Chekhov "Ionych", el personaje principal soñaba con convertirse en un médico progresista y filantrópico, un motor de ciencia y progreso. Pero los ambiciosos sueños de los jóvenes fueron destruidos por la dura realidad del corazón provincial. Dmitry quería casarse, pero la niña se negó, quería ingresar a la sociedad elegida, pero no valía la pena, él quería desarrollar sus habilidades, pero se vio obligada a tratar llagas de rutina. Todos sus sueños se rompieron sobre la realidad de la vida que llevó la ciudad del condado. ¿Por qué, entonces, halagarse constantemente con ilusiones, si después de su desaparición se vuelve tan doloroso? Obedeciendo a una lógica inexorable, Startsev deja de soñar y se convierte en un pasivo filisteo Ionych. Esto sucedió debido al hecho de que bajo los golpes del destino se rindió y perdió la fe en sí mismo.
L. N. Tolstoi describió otro ejemplo en la novela épica Guerra y paz. Sonya soñó toda su vida casarse con Nikolai, pero su familia fue tratada mal con su intención. Los Rostovs eran pobres, por lo que su hijo necesitaba una novia rica, no un pariente pobre. La vieja condesa era especialmente persistente porque era más prudente que su esposo. El comportamiento de Sonya le pareció una estupidez imperdonable, porque la niña sin dote y opiniones sobre el futuro rechazó la oferta de Dolokhov solo porque ella obstinadamente esperaba la oferta de Nikolai. Pero podría haber eliminado de Rostovs al menos los costos de su mantenimiento, aceptando convertirse en la esposa de Dolokhov. La condesa no dejó de condenar tal ingratitud, dejando en claro al alumno que su sueño nunca se haría realidad. El propio Nikolai se enamoró de una rica heredera y se vio abrumado por las promesas hechas a Sonya. Como resultado, las circunstancias obligan a la heroína a abandonar su deseo: le escribe una carta a su amada, donde lo libera de todas sus obligaciones.
A partir de los ejemplos, podemos concluir que las personas dejan de soñar porque están decepcionadas de sus ideales o sucumben a la presión del exterior. Las circunstancias adversas no les dejan la oportunidad de realizar sus sueños, y abandonan las ilusiones, reconociendo su inutilidad.